Menu
¿Qué estás buscando?
En los últimos años, el running se ha convertido en una práctica deportiva cada vez más popular, especialmente entre corredores de 40 años o más. Lo que en otros tiempos se llamó footing y posteriormente jogging, es hoy en día una práctica aeróbica cada vez más extendida y en la que muchas personas se inician a diario.
Pero como en todo deporte de impacto, si quieres empezar a correr tienes que ser consciente de lo que demanda este deporte e iniciarte en él de manera progresiva. Y es que el running, además de ser popular, es también conocido por ser una fuente importante de lesiones entre las personas que lo practican.
Muchas de esas lesiones se deben principalmente a no saber bien cómo iniciarse en este deporte teniendo en cuenta aspectos relativos a la marcha y la biomecánica del cuerpo al correr. Por este motivo, hoy queremos ofrecerte una selección de consejos de running expertos para principiantes que te ayudarán a empezar con buen pie en este deporte y a progresar a buen ritmo y de manera segura.
Al iniciarse en el running, es frecuente que un corredor esté ansioso por empezar a correr distancias largas. Pero esto no es recomendable para un principiante.
Los intervalos largos pueden resultar demasiado fatigosos para un corredor que empieza. Y ello puede hacerle perder la motivación muy deprisa, al darse cuenta de que no los resiste –algo que puede llevarle a pensar que no tiene madera de runner cuando, en realidad, se debe a una pura falta de entrenamiento.
Lo mejor es que empieces corriendo intervalos cortos (por ejemplo, de 2 minutos) alternados con intervalos de recuperación de la misma duración. Durante los intervalos de recuperación puedes correr más lentamente, avanzar a la marcha o incluso caminar: ¡no pasa nada por andar entre intervalos si eres principiante!
Luego ve aumentando los intervalos de carrera en un minuto por cada entreno. Y poco a poco verás cómo cada vez eres capaz de correr más tiempo sin parar.
Otra de las cosas que suele suceder cuando alguien empieza a correr es que enseguida quiere mostrarse así mismo lo veloz que puede llegar a ser. El resultado es que, con más frecuencia de la deseable, estos corredores terminan extenuados en muy poco tiempo, con flato, dolores en las articulaciones o incluso con alguna lesión inesperada.
Como corredor principiante, debes tener en cuenta que tu cuerpo aún no está acostumbrado al estrés físico que suponen las carreras de alta velocidad o los sprints. Esta resistencia es algo que se entrena, y a lo que el cuerpo ha de acostumbrarse poco a poco.
Lo primero es ganar fondo y resistencia. Entrénate incrementando poco a poco los intervalos de carrera; y cuando esto ya lo tengas superado, puedes añadir velocidad a tus entrenos.
En corredores principiantes, es frecuente observar un entusiasmo por el deporte difícil de contener. Esto es fantástico, claro, pero puede llevarte a correr más de la cuenta, sin tener en consideración que tu cuerpo necesita descansar.
Lo ideal es que planifiques unos entrenos en los que corres un día y descansas al día siguiente. Es importante que respetes ese descanso: tu sistema cardiovascular todavía no se ha acostumbrado a las intensas subidas de las pulsaciones; y si no dejas que tu cuerpo se recupere, pueden surgir complicaciones o lesiones que te impidan correr durante un tiempo.
Una molestia frecuente en corredores principiantes es el flato: esas punzadas invalidantes en el costado que se vuelven peores al tratar de respirar, que te dejan sin aliento y que te obligan a parar.
Para evitar la aparición de flato, se recomienda no comer nada durante las 2 horas previas al entreno e hidratarse durante el mismo bebiendo en pequeños sorbos. Si pese a todo el flato hace acto de presencia, es imprescindible parar y recuperarse hasta poder respirar adecuadamente.
El running es un deporte integral, que requiere que estés en forma de la cabeza a los pies. Al correr, lo que sostiene la estructura del cuerpo es el core, es decir, la zona del vientre. Y es imprescindible que esté bien entrenada y sujete adecuadamente las vísceras, facilitando a la vez que no pierdas el equilibrio.
Pero, más allá del core, el resto de tus músculos deben estar bien entrenados y fuertes, porque tu marcha depende directamente de ellos: el movimiento de los brazos te da impulso, la postura de la espalda te permite corrección de sin lesionarte, y la fuerza de las piernas te permite levantarlas adecuadamente en cualquier terreno.
Así pues, no pienses que por correr ya lo tienes todo hecho: diversifica y asegúrate de que también el resto de los músculos de tu cuerpo están fuertes y son resistentes.
Imágenes | Pexels.
Recibe 5€ de GRATIS de Bienvenida para tu primera compra (aplican condiciones). Regístrate y recibirás un e-mail con tu código promocional exclusivo.